Mucho se habla del carnaval de Tenosique, sabemos casi todo, las fechas en que se llevan a cabo, cuántos personajes intervienen, cómo se visten, su historia, etc.
Recientemente, platicando con Ángel Morales Damián, pude conocer algo del carnaval de BocadelCerro, herencia de sus padres y abuelos.
La danza del Pochó en esta región se baila igualmente los domingos, inicia el primer domingo después de la tiradera de harina, se baila cada domingo hasta los últimos tres días (domingo, lunes y martes) a diferencia de Tenosique, aquí sí se baila por la comunidad estos tres días.
La ejecución de la danza se acompaña con la caja (tambor de madera con cuero crudo de venado) que es igual a la que se toca en Tenosique. La caja la toca un muchacho, aunque hay un señor que tocaba antes y cuando se pasa por su casa se le da para que la toque, da unos gritos cuando está tocando como por ejemplo "despiértate diablo" o cosas así.
El abuelo de Ángel realiza caretas y la caja también. Él entregaba en las tiendas frente a la iglesia y en el mercado y las hacia al gusto del cliente. Aunque mucho se ha modificado, ya que las caretas actuales nada tienen que ver con las de años atrás.
El último domingo salía una viuda que se supone es la mujer de todos los cojos, y el último día que es martes se aliviaba, los diablos al terminar el carnaval lloraban y se revolcaban según, es lo que platica la gente ya grande, que a ellos se lo platicaron sus abuelos y todavía lo vieron.
Al terminar cada domingo, los participantes se reúnen en un solo lugar para ir dejando sus elementos utilizados (sohol, castañas, cañitas, flores) y el miércoles (día que se recogen los pasos) se queman todos los elementos, anteriormente se quemaban hasta las caretas, shiquish, sombreros, etc. El mismo miércoles, los participantes pasan a la iglesia a colocarse la cruz de ceniza pertenezcan o no a la religión católica. El tambor se agarra a patadas entre todos hasta romperlo.
El sábado siguiente se hace un baile en el cual se quema a juan carnaval, ahí lloraba la viuda. Y según juan dejaba un testamento para todos sus hijos, en el que le dejaba algo a sus hijos los cojos, que mayormente eras chistes o albures hacia la persona.
Y así, concluye la danza en Boca del Cerro, llena de muchos rituales, nostalgia, pero sobre todo, con la esperanza de que esta tradición no se acabe. recordando aquellos tiempos donde los rostros de la danza eran diferentes, donde todos los rituales se llevaban a cabo al pie de la letra, donde los ancianos de esta comunidad participaban y salían con el firme propósito de divertirse.
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